Contra la piratería...
Habrá que trabajar Mucho se ha criticado la piratería pero, en muchos casos y aunque a algunos (sobre todo a las discográficas) no les interese reconocerlo, ésta constituye un medio más de promoción del artista. La divulgación de un disco en Internet o en el "top manta" colabora a que el autor sea conocido y a que su obra llegue a todos los oídos. Asimismo se abre una oportunidad para aquel sector del gran público que son los jóvenes, normalmente con nivel adquisitivo bajo. En todo este asunto de la piratería quienes más pierden son las discográficas ya que en la venta de un disco el autor se lleva una pequeñísima parte. En teoría el músico es una persona agraciada porque, a diferencia de la inmensa mayoría, trabaja en lo que le gusta. Por eso, los autores que más alzan su voz contra la piratería suelen ser los más maduros, los que, ya cansados, prefieren ir al estudio, grabar un disco y tumbarse a la bartola mientras les van llegando los cheques de la SGAE procedentes de la difusión del disco. Así que ya saben: España se ha convertido en el país europeo donde más ha proliferado la piratería. Los tiempos han cambiado y al músico no le queda más remedio que ganarse la vida como el resto de los mortales, saliendo de casita para ir a TRABAJAR (a los escenarios, en este caso). Y a las discográficas, que las zurzan, que paguen por todos los años que llevan estafándonos.
U2 se embolsará 190 millones de euros con una gira mundial de 110 conciertos. Qué tíos más grandes: están forrados, son los que más venden y siguen TRABAJANDO, deleitándonos por todos los escenarios del mundo. He aquí el futuro de los músicos. Como ocurría en tiempos de Mozart, el músico debe ganarse la vida actuando.