La Fixingmanía
¿alguien se anima?
Si cogemos cualquier periódico de contenidos económicos y vamos a las páginas de Bolsa, veremos que entre los valores con más beneficios están unos muy raros que corresponden a empresas de baja capitalización y que cotizan en "fixing". Si la Bolsa es un juego, invertir en estos valores lo es más. Es la "fixingmanía".
Hoy mismo, la bolsa se ha desplomado. La mayor caída desde hace un año. Cunde el pánico y los grandes valores se derrumban. Caídas en torno a un 2% o un 3% en cuestión de minutos. La otra cara de la moneda la protagonizan Industrias del Besós, Tudor, Nicolás Correa, Hullas Cortés, Indo Internacional... subiendo más de un 5%. Son esos valores poco conocidos que se convierten en el punto de mira de los inversores.
Cuando una acción cotiza en fixing, es porque sólo se cruzan operaciones dos veces al día, a las 12:00 y a las 16:00. Se hacen dos subastas y punto. Hay quien dice que por este hecho esos valores son para los que mueven mucho dinero y pueden manipular y decidir los precios. Otros señalan que este tipo de inversión es aburrida. Otros dicen que el hecho de cotizar dos veces al día supone no tener que estar las 8 horas y media que dura la sesión delante de un monitor. Hay opiniones para todo.
Lo que no podemos negar es que las volatilidades son muy elevadas y el riesgo, por tanto, también. No obstante, si miramos hacia atrás, de dos años para acá, podemos ver cómo los movimientos de los valores del fixing sólo han tenido una dirección: al alza. Por ejemplo, vemos Global Steel, donde se ganó casi un 60 % en un día por una OPA y vemos a Industrias del Besós subiendo un 10% diario desde hace una semana.
Y es que, cuando el mercado es víctima de la incertidumbre, causada en nuestros días por el dichoso petróleo, los inversores sólo ven dinero fácil en las rarezas. La especulación se hace todavía más protagonista y se crean burbujas. Lo dicho... ¿Alguien se anima?
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