TERRORISMO

El fin de la mano dura

rorismo llena las páginas de todos los periódicos y se convierte en el tema de actualidad. Uno de los pocos asuntos en los que había cierto consenso era la idea de no negociar con los terroristas. Pero ahora todo ha dado un giro.

Tras las elecciones vascas apareció el presidente del gobierno en TVE negando los contactos con el entorno de ETA a pesar de los indicios de acercaminento. Ya se decía entonces aquello de cuando el río suena, agua lleva.

En el debate de todos los años sobre el estado de la nación los enfrentamientos más sonados entre los principales grupos de la sala han girado precisamente en torno al terrorismo y la manera de enfocar una posible solución al problema. El encendido diálogo ha sido la antesala de lo que ya estaba claro: el PSOE quiere acabar con el terrorismo utilizando el talante, la verborrea de sus militantes, ofreciendo una negociación política a los terroristas y evitando la mano dura.

Hoy el PSOE dice que hay una oportunidad para hablar con ETA porque lleva 2 años sin matar. Pero ¿no será éste un hecho fortuíto? Podemos pensar que el hecho de que no hayan matado se debe sólo a la suerte de que ningún transeúnte pasaba por ahí cuando estalló alguno de los coches bomba que colocaron.

En toda negociación, entre el blanco y el negro hay varios tonos de gris. Con esta gentuza no cabe esa posibilidad, sólo negro o negro. Van a exigir soluciones inviables a cambio de no matar. Conocedores de que recibirán el no por respuesta, el gobierno les pondrá en bandeja la excusa perfecta para seguir matando que es lo que les gusta. No entiendo cómo Zapatero se presta a este juego tan previsible. Incluso, voy más lejos, dudo que dejaran de matar también en el supuesto de que el gobierno cediera a todas sus pretensiones. Detrás de esta banda hay algo más que ideales.

Veremos cómo sale la cosa pero, si llegara a demostrarse que matando se consigue la fuerza suficiente para lograr cosas, que Dios nos pille confesados.