Parques Públicos
el Negocio de algunos
Los madrileños acogimos de buen grado la iniciativa del alcalde de alquilar bicicletas a precio cero en el Parque Juan Carlos I. En una ciudad invadida por la contaminación y el caos circulatorio siempre es de agradecer que se fomenten e incentiven actividades tan sanas como acudir a un parque y montar en bici.
Sin embargo, nos encontramos con varios problemas. La superpoblación de la capital, unida a la adicción a lo gratuito de muchos, sin duda saturará el servicio. Por otro lado, decir que el que pedalea puede tener sed, lo cual es fácil de paliar gracias a las numerosas fuentes del parque, pero también necesita sales minerales y/o azúcares. A este punto quería yo llegar...
¿Es casualidad que en todo el parque exista un sólo quiosco que dispense bebidas envasadas y que, encima, lo hagan a precios abusivos?. Aplaudí hace un año el hecho de que las máquinas de bebidas del parque ofrecieran precios asequibles (Coca-Cola a 60 céntimos y Aquarius a 70) y critico hoy al responsable de que dichas máquinas no sólo no funcionen sino que acepten y se traguen monedas sin retorno para los cuatro pardillos, entre los cuales me incluyo, que creíamos que todo era como antes.
Ni que decir tiene que el único quiosco del parque constituye un negociazo para el afortunado que se ha hecho con la concesión. Las bebidas cuestan un 66% más que en las máquinas y, aun así, la gente espera largas colas para comprar.
Sr. Gallardón: ¿qué hay que hacer para poder poner un quiosco en este parque? Yo quiero uno para el año que viene y, por supuesto, que las máquinas dispensadoras sigan sin funcionar aunque, como tampoco quiero el mal para nadie, sería bueno que taparan las ranuras por donde se insertan las monedas.
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