Crónica de Agosto

madrid, 12 de agosto de 2002

Llega otro puente y, hagan lo que hagan los de la DGT (a quienes ZP de momento no ha otorgado el diploma de "sabios" ni otro calificativo chiripitifáutico), volverán los inevitables atascos de los cuales esta vez no voy a comentar nada.

Sigue sin llover, los incendios no cesan y el petróleo está por las nubes. De energía nuclear, ni hablar; es algo malo y lo tenemos claro desde que fue abolida por Felipe González en 1982 así que, de momento, no hay alternativa... Petróleo al precio que sea y contaminación de la atmósfera hasta que el planeta aguante.

Para el "finde" hay algo que sí merece un comentario: la manifestación el próximo domingo de los proetarras, de los que simpatizan con asesinos. Lo que es preocupante no es que Batasuna vaya a hacer caso omiso de la autoridad convocando la dichosa manifestación sino su modo de anunciarlo y, sobre todo, la amenaza ante la previsible (y obvia) aparición de las fuerzas del orden. Esperemos que se quede en éso, en amenaza, y no haya que lamentar atentados en las próximas fechas.

Por otro lado, no quiero ni pensar la que se habría montado si el "caso Roquetas" se hubiera dado bajo el gobierno de Aznar. Menos mal que estos escándalos (como el del GAL) se producen bajo mandato de un partido que dice ser socialista porque, si no, con estas malas artes "de derechas" (por lo franquistas) que salen a la luz de vez en cuando, está claro que este país sería calificado sin ningún reparo como fascista.

Mientras tanto, en el país del tópico, vaya veranito el que está pasando el ministro Alonso. Hoy en El Mundo le acusan de haber mentido a la ciudadanía, hecho que trae recuerdos de un pasado no muy lejano cuando otro periódico de gran tirada nacional arremetió contra otro ministro de interior precisamente por querernos engañar un 11 de marzo. Una vez más habrá que decir "donde las dan, las toman".

Mientras, el Sr. Rodríguez, el jefe, descansa en Lanzarote con un esguince que requiere reposo y simboliza el cartel de NO MOLESTAR.