OVERBOOKING

debería ser ilegal

El overbooking es un concepto propio de las compañías aéreas. Se produce cuando se venden más plazas de las que la empresa puede ofrecer dando lugar a situaciones en las que el pasajero, pese a haber pagado, se queda sin asiento. Evidentemente tendrá luego derecho a una indemnización que en algunos casos (esos en los que el tiempo no tiene precio) puede ser insuficiente para reparar el perjuicio que supone tener que esperar al siguiente vuelo.

Puede entenderse que, en el caso de las compañías aéreas, la legislación vigente permita a una empresa vender (y cobrar) más de lo que puede ofrecer. Hay que comprender que organizar un vuelo tiene un coste muy elevado (combustible, amortización y reparaciones de la máquina, elevadísimos salarios del personal de vuelo, etc.) y la posibilidad de que se anulen varias reservas (con el consiguiente reintegro de un alto porcentaje del precio del billete) a pocas horas de la salida podría hacer que la compañía perdiera dinero.

No obstante, lo que es difícil de aceptar es que en determinadas épocas del año en las que se sabe de antemano que los vuelos van llenos, se permita que haya overbooking. En verano el riesgo de anulaciones de reservas es menor porque el perfil del viajero es distinto. Los pasajeros en verano son particulares que deben llegar a un destino donde permanecerán en unas fechas concretas, acotadas en el tiempo, determinadas por sus limitadas vacaciones y por la reserva de alojamiento que han hecho.

En los casos que comento, salvo casos excepcionales es raro que se anule una reserva. Paralelamente, y también salvo casos excepcionales, debería ser ilegal el overbooking porque si hay algo que es sagrado son las vacaciones de un trabajador.

Sr. Zapatero: haga algo.