Curioso país

Breve historia

España es diferente. De manera casi automática se pasó de una dictadura a una democracia aunque nunca dejaron de existir dos bandos diferenciados. En medio estamos esa mayoría que votó al PSOE en el 82, cuando UCD se desmoronaba, y al PP en 1996 cuando el país estaba al borde de la bancarrota por despilfarros y corrupciones varias.

Hoy España sigue siendo un país marcado por el terrorismo. De hecho fue una brutal masacre perpetrada por terroristas la que hizo posible que, inesperadamente, un tal Zapatero, personaje con marca registrada (ZP) producto de una campaña de márketing, accediera a la presidencia del gobierno de este país peculiar en el que poner la bandera nacional en la Plaza de Colón de Madrid es interpretado por muchos como una provocación; manda huevos.

Entretanto, subyacen los viejos rencores y se reavivan las llamas de los nacionalismos hasta llegar al punto en el que estamos. En poco más de un año han puesto todo patas arriba y vivimos una situación que muchos califican de vértigo constante. Al presidente se le ve muy orgulloso y entusiasmado por acaparar tanto protagonismo. También está contento porque tiene en sus manos la posibilidad vengar a sus ancestros republicanos y, de paso, intenta hacer creer a más de 9 millones de españoles que son una minoría y decide aislarlos del resto.

Ese resto es la clave del éxito. Es el que antes no estaba a gusto, es el que reivindicaba, el que protestaba, el que clamaba por intereses particulares. La mayoría de hoy no tiene identidad, es variopinta, inquieta, simplemente se vende al mejor postor.

Lo que está claro, nos guste o no, es que hoy por hoy la política de la marca ZP es la que vende.

*foto extraída de periodistadigital.com