09 enero 2006

Temporalidad = Precariedad

Un problema estructural

La tasa de temporalidad europea se sitúa en el 15,8%, el nivel más alto desde 1997. Según el estudio periódico que elabora sobre el mercado laboral el IESE para Adecco, España es uno de los causantes de este aumento, ya que a su habitual alto registro (32,2%) le sumó un incremento de 2,2 puntos con respecto al año anterior.

Esta tasa de precariedad es la más elevada del grupo de países estudiados y el nivel más alto visto en el mercado laboral español en 18 años. Felipe González fue el que nos trajo los contratos temporales y ahora parece que Zapatero no se quiere quedar a la zaga. Aunque, como quiere parecerse a Europa, le tengo que decir que en Alemania, Francia, Italia y Portugal la proporción de personas que trabajan por un período determinado frente a los que lo hacen con un contrato indefinido sólo ha subido un 0,7%.

Según me ha parecido oír esta mañana en la radio, España acapara el 25% de los contratos temporales de toda la Unión Europea. Un dato más que preocupante.

Podemos pensar que detrás de esta precariedad está la creación de puestos de trabajo y así llegar a la conclusión de que no hay mal que por bien no venga. De hecho ésta es la explicación que siempre han dado los distintos gobiernos de España cuyas actuaciones para generar empleo siempre han sido vía precarización del mercado laboral y en raras ocasiones a través de incentivos a la inversión.

El contrato temporal y las subcontratas nacen en un principio como instrumento dinamizador de la economía en tanto que suministran mano de obra cuando la coyuntura económica lo requiere. Pero algo falla cuando la temporalidad se convierte en algo de tipo estructural como ocurre en España. Hay que concienciarse de un hecho: lo malo de los contratos temporales es la bolsa de fraude que se esconde detrás de ellos convirtiéndolos en meros instrumentos para soslayar la normativa laboral. En efecto, cada vez somos más los que trabajamos en el mismo puesto de trabajo y para la misma empresa continuamente, pero encadenando contratos temporales suscritos con diversas ETTs, UTEs, subcontratas, etc.

Evidentemente el gobierno nunca hará nada para evitar esta farsa y el fraude social que se está produciendo porque es parte interesada. Los distintos organismos dependientes de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y el propio Estado llevan años utilizando a trabajadores que son fijos de hecho pero no de derecho y cuya situación laboral, por tanto, siempre pende de un hilo.

He pensado que a lo mejor Zapatero lee esto y, como es de izquierdas, lo soluciona.


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