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¡No caigáis en la trampa!

Siempre me pregunté cómo sería un e-mail de esos que te piden las claves de tu banco para después sablearte. Por fin he obtenido la respuesta. Jamás pensé que pudiera ser tan cutre. El lunes recibí un e-mail enviado desde la dirección support12@banesto.es. He copiado el contenido en un documento de word y os lo adjunto para que lo veáis [documento en formato word].

Lo cierto es que la liebre salta nada más empezar a leerlo porque lo primero que dice el e-mail es que el saldo en mi cuenta de Banesto supera los 2.000 euros. jajajajaaa.... Yo nunca he tenido una cuenta en Banesto. A partir de este punto, me puse a pensar en el modus operandi de estos estafadores de tres al cuarto.

Me imagino que el e-mail se lo envían a todo el mundo y siempre habrá alguien que sí tenga cuenta en Banesto. Lo de los 2.000 euros será para atribuir cierta seriedad al tema. Al fin y al cabo tampoco es una cantidad tan grande como para excluir a muchos. Por otro lado, se aseguran que el timado tiene un saldo aceptable para sacarle los cuartos.

Llama la atención la existencia de erratas y errores ortográficos (sobre todo en las tildes), como si lo hubiera escrito alguien de escaso nivel cultural o un extranjero; quién sabe.

La página que vinculan invitándonos a que entremos no es segura (lo es cuando en vez de "http" es "https") y no siempre funciona. Pero una de las veces que he probado sí he podido entrar. Efectivamente sale un formulario con los logotipos de Banesto y con advertencias de seguridad del tipo ("no envíe por e-mail sus claves, hágalo por páginas seguras") para dar credibilidad a la chapuza. En el formulario da igual que pongas un NIF inexistente que no da error. Lo importante es que pases de pantalla en pantalla y llegues a las casillas que quieren ellos: NIF, nombre de usuario y contraseña. Al final del proceso, la página da error. Será porque ya tienen los datos que querían y ya no tiene sentido seguir mareando la perdiz.

¡Espero que nadie sea tan pardillo como para caer en la trampa!. Yo siento especial repulsa hacia este tipo de prácticas delictivas. Sobre todo porque ya son muchas veces las que han intentado timarme y, lo peor de todo, en ocasiones lo han conseguido. Por ello, siempre que descubro algo utilizo los medios de los que dispongo para evitar que alguien pueda ser estafado.