¿Estafa?

Cuando lo tangible

pudiera ser fiduciario...

Algo fiduciario es algo que depende del crédito o la confianza que merece, dice la RAE. El mejor ejemplo de valor fiduciario es el dinero pues su valor real (el del papel de los billetes o el metal de las monedas) es casi insignificante y muy inferior al valor que todos aceptamos como bueno. Sí: el dinero es algo ficticio pero tiene una cosa muy buena: todos creemos en él como instrumento de cambio, nos fiamos.

Hablando de dinero, seguro que más de uno se ha preguntado qué pasaría si todos los españoles fuéramos al banco a sacar todo lo que tenemos depositado. Imagino que nadie dudará que no habría liquidez suficiente para atender nuestra demanda. Por este motivo podemos decir que las entidades financieras son capaces de crear dinero. De hecho son las únicas empresas habilitadas legalmente para ello.

No obstante, como destino para nuestros ahorros siempre han existido otras opciones distintas a la banca. La inversión inmobiliaria, la bolsa y otras fórmulas como los “activos tangibles”, punto al que quería llegar.

La Audiencia Nacional ha ordenado el registro de más de una decena de sedes de las compañías Fórum Filatélico y Afinsa en el marco de una operación por una estafa que podría afectar a 200.000 pequeños inversores en toda España. Ésta será la portada de los principales periódicos mañana.

Estamos ante una noticia que tarde o temprano tenía que llegar. Estas empresas llevan más de 20 años ofreciendo sus productos a sus clientes. Los citados productos se caracterizan, al contrario que el dinero (producto fiduciario con el que sólo pueden comerciar las entidades financieras) por ser tangibles, por ser reales. Entre estos productos, destacan los sellos pero lo que levanta la sospecha es el hecho de que me vendan un sello con pacto de recompra (en la que obtendré una rentabilidad muy atractiva) y, sin embargo, yo no vea ese sello que he comprado no pudiéndomelo llevar a casa y teniéndome que fiar de que lo custodian ellos, de que está en algún sitio, de que tiene un valor real y de que yo soy el único propietario.

A diferencia de las entidades financieras, aquí no hay un fondo de garantía por lo que el escándalo podría ser mayúsculo. No tengo ni idea de cómo acabará todo aunque espero que quienes aceptaron unos sellos (existentes o no, ficticios o no) como instrumento de cambio fiándose de estas empresas salgan bien parados y que aprendan bien una máxima que hay en el asunto del dinero: a mayor rentabilidad, mayor riesgo.

A pesar de todo lo dicho, no es tan fácil como parece poder afirmar que ha habido una estafa. Es muy complejo delimitar el concepto activo financiero y la línea que lo separa de la realidad. Hay que estar muy cualificado para ello y esta tarea corresponde a otros.