Vuelve el Comunismo

Totalitarismo a ultranza

No han pasado ni 20 años desde que desapareciera el comunismo (salvo en esas pocas naciones subdesarrolladas que todos sabemos). Ese sistema fracasó rotundamente, lo cual es lógico porque hay una máxima que nadie puede negar: para que exista una buena gestión de los recursos, éstos deben estar en manos privadas ya que, si uno gestiona algo que no es suyo sino "de todos", lo hace con menos entusiasmo. Dicho de manera más corta: LO PRIVADO FUNCIONA MEJOR QUE LO PÚBLICO.

Pues bien, flaco favor ha hecho Evo Morales a su país al ASALTAR los pozos y refinerías de petróleo con SUS Fuerzas Armadas. "Se acabó el saqueo" dijo Morales en la primera refinería CONFISCADA. Mientras leía SU decreto, un militar se subió a la torre de la refinería y colgó una bandera boliviana así como un cartel que rezaba "Nacionalizado". Este acto se repetiría horas más tarde en los 57 pozos y refinerías de todo el país.

Ni que decir tiene que el gesto de Morales es una PROVOCACIÓN en toda regla, es un acto propio de un mal dirigente que antepone sus caprichos y desvaríos personales al interés de todo un país. Es evidente que países como Bolivia no pueden salir del pozo a no ser que la inversión privada, y más concretamente la procedente del exterior, tire del carro. Con este precedente va a ser difícil que nadie se fije en Bolivia, país donde "hay un panchito con jersey que confisca las cosas", pensará cualquier inversor sensato.

En los tiempos que corren, vende más lo destructivo que lo constructivo. Así como en España hay un tal ZP (ineficaz como gobernante desde el punto de vista técnico) que vende por el mero hecho de ser, ante todo, "el azote de la derecha", en estos países vende que un paisano con pinta de indígena sea capaz de provocar a los EE.UU. erigiéndose como "mosca cojonera del imperio yanqui". A muchos ésto les seduce más que la idea de vivir en un país económicamente próspero.

En resumen: Vuelve el comunismo impulsado por el odio. Y, recordemos, comunista es aquel que no tiene nada y quiere compartirlo... En cuanto al odioso petróleo, qué lástima que sigamos todos tan pendientes de él porque, a estas alturas, ya debería haber energías baratas y alternativas.