Suben los tipos

Depósitos al 4%

Las últimas subidas de tipos de interés, que nos vienen dadas desde el Banco Central Europeo (BCE), han llegado. En el mundo de la banca volvemos a ver la guerra de los depósitos y ya volvemos a ver anunciados productos financieros que, sin asumir riesgos, nos proporcionan rentabilidades que ya tocan el 4% para el plazo de un año.

Normalmente, cuando suben los tipos de interés en el mercado monetario, los primeros en notarlo en sus carnes son los que están en posición deudora. Así, la subida está afectando sobre todo a quienes pagan hipotecas en su modalidad de interés variable (referenciado al euribor) que son la mayoría. Por el contrario, los ahorradores se quejan de que el reflejo del aumento de tipos en las remuneraciones de las cuentas no es tan rápido como en el caso de los préstamos.

En efecto, para que un banco se permita el lujo de ofrecer un depósito de alta remuneración a un plazo decente (un año o más) es condición necesaria que la entidad tenga unas expectativas claras en cuanto a la evolución futura de los tipos de interés. Debemos tener en cuenta que el negocio bancario, aparte de usurero, es prudente, de ahí que cuando nos suben la remuneración de las cuentas y depósitos es por algo; es porque preven que el BCE seguirá en esta tendencia alcista y esto, a su vez, es porque los datos macroeconómicos invitan inevitablemente a ello.

Ante este panorama, el inversor inteligente debe esperar. Cuando está tan claro que los tipos subirán es del género tonto comprar, por ejemplo obligaciones a 10 años pues parece más conveniente invertir a corto plazo a la espera de nuevas subidas. Ni que decir tiene que todo este batiburrillo es bastante perjudicial para la llamada inversión productiva.

Por último, comentar que parece que ahora sí, por fin, bajará el precio de los pisos. No es sostenible el ritmo de crecimiento que hemos tenido en un escenario de tipos de interés altos. Sin embargo, no debemos hacernos ilusiones ante la noticia “baja el precio de la vivienda” ya que no estamos ante una bajada real habida cuenta de que la mayoría necesitamos un préstamo para adquirirla. Las hipotecas suben y si los precios de las casas bajan un poco o se mantienen (más bien ocurrirá esto último), nos quedaremos igual (o peor) que antes.